viernes, 15 de agosto de 2008

Bee-Boy dance

Extraño, bizarro, simple y viralesco. Este video ya se acerca al millón de visitas en Youtube. No olviden visitar la web que sale al final.

Antipiratería

Jejejejeejejeje...

Mimobots!!

Espectaculares diseños de USB como personajitos. Particularmente me encantaron los de Star Wars, pero hay otros diseños alucinantes. Los diseñadores tenemos gustos caros y este tipo de empresas lo saben, por eso cada muñequito cuesta lo suyo. 








Adhemas

Ahora el recurso de la ilustración collage está bastante usado. Y todo por culpa de este señor que lo puso de moda. Adhemas Batista es el director de Arte responsable de las ilustraciones de Havaiianas que ya se han convertido en una cosntante en Cannes. Todos los años pareciera que los jurados sólo ven su nombre junto al de Marcelo Serpa y le ponen el premio de frente sin pensarlo. El tipo es un genio del collage, aunque me gusta más cuando mezcla fotografías con ilustraciones como en su gráfica para Claro MP3.  






Conoce más del trabajo de Adhemas Batista

martes, 12 de agosto de 2008

Yo quiero esta silla!!!



Funciona como acordeón y la puedes poner en la forma que quieras. Alrededor de una columna, en una esquina, sencillamente genial...

9li

Artista brasileño recontra locazo. Se llama Bruno Noveli, pero se pone 9 (Nove en portugués) li. La pose, la pose...






Visita la web de Bruno 9li

domingo, 10 de agosto de 2008

Ley de la Simplicidad 3:


3. TIEMPO.

El ahorro de tiempo simplifica las cosas.

 

Esta ley no se limita solamente al campo del diseño. Incluso hasta es contraproducente para los que siempre exigimos mayor tiempo para desarrollar mejores trabajos. El ahorro de tiempo puede no necesariamente dar como resultado un mejor trabajo creativo. Sin embargo es bastante útil tenerla en cuenta pues nos ubica en el rol que nunca debemos perder de vista: el de un usuario, cliente o consumidor. Y desde esta perspectiva puede resultar muy provechoso lo que nos aconseja Maeda.

Todos, y esto es una gran verdad, detestamos esperar. Pasamos más de la cuarta parte de nuestra vida esperando por algo. Esas esperas nos provocan siempre una sensación de pérdida, aún si no tenemos nada por hacer. El desperdicio de tiempo es leido por la mayoría como una gran complicación. Nos agrada llegar a un banco vacío, o que el mesero traiga nuestra comida rápidamente. Esas gratas sorpresas son recompensadas con nuestra lealtad.

 Con miras a este objetivo, Maeda plantea estos criterios:

 

Estilizar el tiempo

La estilización del tiempo debe hacerse siempre teniendo en cuenta que se arriesga algo al hacerlo en menos tiempo. Un ministerio estatal podría ahorrar tiempo a los usuarios eliminado instancias y burócratas, pero se arriesga a una huelga de desempleados en sus puertas.

La estilización del tiempo exige tomar riesgos. Apple se arriesgó eliminando la opción de elegir las canciones. Sin embargo el volúmen de ventas del iPod Shuffle demostró que había gente que agradecía esa forma de simplificar la forma de escuchar su música.

 

¿Cómo aplicar este criterio al quehacer gráfico-creativo? Me parece que más que aplicable, es altamente demostrable. Un diseñador conoce como su trabajo se simplifica a través del ahorro del tiempo, con computadoras cada vez más rápidos. Lamentablemente la consecuencia es que ahora los clientes están acostumbrados a esa rapidez de reacción y muy pocos comprenden el valor del tiempo que se le dedica a pensar una gráfica. La frase “es para ayer” refleja ese ritmo absurdo que a veces llevamos. Corremos el riesgo de volvernos repetitivos, lo cual sería la solución que encontrariamos más próxima ante la necesidad de ahorrar tiempo. Toda una paradoja.

 

Ocultar el tiempo.

Maeda propone literalmente eso. Eliminar los indicadores del paso del tiempo puede quitarnos esa preocupación de la mente. Es la mejor salida cuando no se puede (o no se quiere) reducir el tiempo efectivo de nuestro proceso. El mejor ejemplo son los herméticos casinos y tragamonedas. Quienes acuden simplemente se olvidan del tiempo que transcurren dentro. Sin ventanas que nos permitan si es de día o de noche y con una ausencia absoluta de relojes y cualquier indicador del tiempo. Toda una trampa del vicio bien diseñada.

 

 

Los diseñadores solemos olvidarnos del tiempo trascurrido cuando nos concentramos en el proceso creativo o en diseñar algo que realmente nos apasiona. Entonces este criterio puede llegar a ser dañino, como lo he comprobado las varias veces que he llegado tarde a casa y me he encontrado con una esposa molesta y una almohada en el sillón.

 

Integrar el tiempo.

Por otro lado, capitalizar la honestidad del tiempo puede ser una solución más recomfortante. Integrar en nuestro proceso la información del tiempo, como lo hace Domino´s con sus 30 minutos. Regresando a casa encontré un ejemplo perfecto de cómo funciona esto. En la esquina de Camino Real y Juan de Arona un semáforo digital nos indica una cuenta regresiva para el cambio de luz:

 

El cambio de luz dura exactamente un minuto. Esa información nos da la tranquilidad de no perder más tiempo del que pensamos.

En el diseño web sobretodo esto cobra mucha importancia. Los periodos de carga de una página diseñada en Flash son menos tediosos cuando nos encontramos con un diseño atractivo y divertido de contador de carga. Aquí un ejemplo:

Ingresa a este ejemplo aquí

 

El inexorable paso.

El mundo publicitario es un mundo de contradicciones. Prometemos hacer las cosas en menor tiempo, pero robamos tiempo de nuestras vidas para cumplir esa promesa. Luego cuando esa promesa se ve comprometida, buscamos responsables. Las esperas dependerán siempre de la rapidez de los procesos, y eso es algo que no podemos controlar siempre. Tarde o temprano no tendremos otra salida que hacer la espera más tolerable. Particularmente me ha resultado enseñar algunos comerciales durante una reunión. Los clientes la pasan bien y luego quieren cosas así para sus marcas.

Antes de buscar un culpable de esas tediosas esperas, recordemos que el mejor conductor de Fórmula1 no sirve de nada si su auto no responde. Como dijo Gandalf: “No somos quien para decidir quien muere y quien vive. Lo único que podemos decidir es qué hacer con el tiempo que tenemos.”