lunes, 8 de diciembre de 2008

Ley de la simplicidad 5:

5. DIFERENCIAS

La simplicidad y la complejidad se necesitan entre si.

A los creativos publicitarios nos gusta creer que nuestro trabajo es más importante de lo que realmente es. Nos apasionamos buscando formas diferentes y novedosas para comunicar los mismos mensajes. Sin embargo tenemos que aceptar al final de todo, que más del 90% de nuestro trabajo es ignorado, o peor aún, considerado basura por la gente común, aquella a la que tratamos de llegar todos los días.


¿A qué viene todo esto? La quinta ley de la simplicidad habla más que nada de equilibrio. Toda esa basura que generamos día a día puede tener un propósito. Está en nosotros entonces, buscar que ese equilibrio sea efectivo. Nadie apreciaría la simplicidad de un aviso publicitario, si no estuviese rodeado de la complejidad de otros avisos. Alguna vez un profesor de diseño me dijo que una paloma blanca resalta en una bandada de cuervos. No se si la frase será de su autoría, pero está llena de verdad.

Maeda propone una suerte de metodo del ritmo para mantener un equilibrio:


Ahora ¿cómo aplicar este método del ritmo? Eso dependerá de cada uno. Personalmente desde que leí el libro de Maeda, trato de no luchar contra la complejidad. La intento ayudar para que cumpla su cometido. Así trato de mantener el flujo del ritmo. Y para eso las 4 primeras leyes (reducir,organizar, tiempo y aprendizaje) resultan tremendamente útiles.

La gente tarde o temprano e vuelca hacia la simplicidad. Hace poco la cadena Pizza Hut en Lima lanzó por fin un número unificado para su servicio de delivery, dejando atrás esa larga y compleja lista de teléfonos por distritos. A veces bueno detectar la necesidad de la simplicidad. Pero mejor aún es generarla por el bien de nuestra profesión y la satisfacción de las personas.